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CONVERSEMOS…

Adriana Jaramillo, Coach de Español y Sociales , The Columbus School , Medellín,Colombia

Conversar es una estrategia esencial donde convergen 2 de los 4 componentes del lenguaje, hablar y escuchar. Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la importancia de conversar y el uso de preguntas abiertas que generen creatividad, conexiones y lazos de confianza.

Sabemos que para en el siglo XXI, y ya llevamos 20 años de él, lo que más estamos desarrollando en nuestro nuevo paradigma, es el otro. El otro es, porque está en nosotros, el otro existe porque nosotros permitimos estar en él. Hablar y escuchar se da cuando el nosotros realmente está incorporado en la inclusión del ser.

La conversación permite que el otro tenga cabida en mi vida; es conversando que podemos vivenciar las verdaderas características del habla y de la escucha en el intercambio de sentido, de significado, de pensamiento. En las conversaciones están implícitos los valores que nos atraviesan, las creencias que nos mueven y las que nos incapacitan. Cuando conversamos, organizamos las ideas, concretamos nuestro pensamiento, nos preguntamos, dudamos, nos oponemos, dejamos volar la creatividad a través de las palabras. Conversando desarrollamos factores, para que el yo como parte independiente del hombre, no se ancle en sí mismo sino que genere nuevas formas de abordar la realidad.

Con frecuencia he oído a los padres de familia decir sobre sus hijos: “es que no me cuenta nada”, también he oído a los adultos quejarse y decir: “solo mira su teléfono” ¿Realmente no hay nada para decir? Me pregunto también si es la confianza, o si acaso es una actitud de pensar, que el otro no importa. Todo lo anterior podría ser; sin embargo pienso con la esperanza de que usando buenas preguntas, el otro tendrá cabida en una buena conversación que produzca habla y escucha, que posibilite dudas para que el pensamiento crezca y para que el asombro resurja en las vidas de las personas. Recordemos cuando éramos niños cómo hasta la propia sombra en un patio de juego generaba un sinnúmero de hipótesis que nos llevaron a la reflexión de un por qué, cómo, cuándo, dónde. Muchas de nuestra preguntas esenciales siguen vivas en nuestro pensamiento y ellas continúan generando otras.

Las preguntas abiertas, esenciales, socráticas, son aquellas que podrían tener muchas respuestas, son aquellas que en un momento pareciera que las atrapamos como cuando tenemos agua en nuestras manos, pero así también se desvanecen. Esas preguntas abiertas son las que con el otro generan verdades por momentos. En la medida en que conversamos sobre ellas, crecen y cambian. Estas son las que podemos hacer a los otros para crear el nosotros y establecer buenas conversaciones.

¿Cuáles podrían ser algunas de esas preguntas que generan buenas conversaciones? Aquí comparto algunas, para que intentemos usarlas, para generar la palabra y a través de la palabra crear pensamientos, diálogos y acciones. Cuando impactamos con buenas preguntas, como hizo Sócrates, encontramos deseos de conocer, buscar, encontrar y transformar.

¿Qué te gustaría que pasara en ….?

¿Me podrías dar un ejemplo de…?

¿Cómo te gustaría que fuera el cambio de…?

¿Qué quisieras cambiar?

¿Cómo serán las cosas dentro de un año si …?

¿Qué sucedería si..?

Si están conversando sobre un libro o una película:

¿ Qué harías diferente a o que hizo el personaje…?

¿ Cómo sería otro final para …?

¿ Qué pasaría si el lugar en el que ocurre la historia no fuera … sino que fuera…?

¿ Para mi la mejor parte fue… , cuál fue para tí?

Para  terminar  les comparto un texto de Rilke :

“Ten paciencia con todo lo que quede por resolver en tu corazón. Procura amar las preguntas mismas, como a cuartos cerrados y como a libros escritos en una lengua extranjera. No has de buscar ahora las respuestas. No pueden serte dadas debido a que no has podido vivirlas. Es cuestión de experimentarlo todo. Ahora has de vivir las preguntas. Quizás gradualmente, casi sin notarlo, encuentres que experimentas las respuesta, algún día lejano.”
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